Para aliviar temores de que la producción de fríjol se viera afectada por el calentamiento global, investigadores del CIAT han identificado 30 líneas “élite” que muestran tolerancia a temperaturas 4 grados centígrados por encima de la “zona de comodidad” normal del cultivo. Esta investigación representa una importante contribución a los Programas de Investigación de CGIAR sobre Leguminosas de Grano y Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS).
Según modelación computarizada realizada por expertos en clima del Centro en 2014, los fríjoles tolerantes al calor pueden contrarrestar la mayoría de los impactos negativos de las temperaturas en aumento. Con base en análisis empleando 19 modelos climáticos globales, con variedades actuales, concluyeron que el área apta para la producción de fríjol habrá disminuido en un 50% hacia el año 2050. Con los fríjoles tolerantes al calor, la reducción será apenas del 5%, incluso asumiendo muy moderadamente que los fríjoles tolerantes puedan soportar un aumento de temperatura de tan solo 3 grados.
“En algunas partes de África y América Latina, los agricultores que adopten las variedades que vencen al calor realmente podrán expandir la producción en tierras en donde normalmente hace demasiado calor para sembrar fríjol”, afirma Andy Jarvis, experto en clima de CGIAR. “Estas líneas representan un descubrimiento importante para proteger una fuente vital de proteína para los consumidores de escasos recursos en el peor escenario de cambio climático con un aumento en la temperatura de 4 grados”
Hopes grow for climate-proof beans http://t.co/Sri4Kqd8hR — BBC News (World) (@BBCWorld) March 25, 2015
Científicos identificaron fríjoles tolerantes al calor entre 1.000 líneas avanzadas probadas en dos sitios en Colombia. Durante años, ellos habían mejorado las líneas confiriéndoles tolerancia a la sequía y para combatir la baja fertilidad del suelo. Luego, en 2012, expertos de CGIAR en clima publicaron resultados que sugerían que en las próximas décadas la mayor amenaza para la producción de fríjol en todo el mundo sería el estrés por calor.
Investigaciones más recientes han demostrado que en América Latina las temperaturas en aumento tendrán impactos especialmente severos en el fríjol en Brasil, Haití, Honduras y Nicaragua. En África, los cultivos de fríjol en Malawi y la República Democrática del Congo son los más vulnerables, seguidos por Kenia, Tanzania y Uganda. En Nicaragua, el 60% del cultivo de fríjol se verá seriamente afectado por las temperaturas en aumento.
Estos hallazgos propiciaron que investigadores de fríjol probaran las líneas élite bajo temperaturas extremas. El fríjol es sumamente sensible al calor, y las variedades que los agricultores siembran actualmente no dan buenos rendimientos en temperaturas nocturnas por encima de 18 o 19 grados centígrados. Las temperaturas superiores reducen drásticamente la fertilidad de la semilla, generando una reducción en los rendimientos de grano y en la calidad. En las líneas tolerantes al calor identificadas recientemente, el polen de las flores del fríjol permanece viable incluso con un aumento de temperatura de hasta 4 grados.
“Solo hasta que subimos la temperatura, nos dimos cuenta que tantas líneas seleccionadas para otros estreses también son altamente tolerantes al calor”, afirmó Steve Beebe, líder del Programa de Fríjol del CIAT”.
Muchas de las líneas tolerantes provienen de cruces entre el ampliamente cultivado fríjol común y un primo menos conocido llamado fríjol tepario, que fue domesticado en el clima árido del suroccidente de Estados Unidos y el norte de México, y es más tolerante frente a estas condiciones que cualquier otra leguminosa de grano.
“El descubrimiento de variedades de fríjol tolerantes al calor es un buen ejemplo de porqué es tan importante salvaguardar y experimentar con la diversidad genética de las plantas”, comentó Ruben Echeverría, director general del CIAT. “Las semillas en nuestro banco de germoplasma son un recurso vital para contribuir a que los agricultores en los países en desarrollo sobrelleven los impactos del cambio climático”.
30 new strains of heat-tolerant beans may thrive with increasing temperatures. http://t.co/Y5NFiQZI0m #science pic.twitter.com/UMsWrvh8ns — Scientific American (@sciam) March 25, 2015
Algunas de las líneas tolerantes al calor identificadas por Beebe y su equipo también han experimentado un mejoramiento genético para lograr mayor contenido de hierro. Las deficiencias de este micronutriente esencial afligen a uno de cada dos niños en edad de preescolar y mujeres embarazadas en los países en desarrollo, lo que los convierte en una población altamente vulnerable a la anemia y pone en peligro el crecimiento y el desarrollo cognitivo de los niños.
Para brindar una nueva medida para combatir la desnutrición de micronutrientes, investigadores de CGIAR emprendieron hace más de una década un programa pionero de mejoramiento de cultivos. El contenido de hierro de las líneas de fríjol resultante de este trabajo es el doble del que poseen las variedades que se cultivan actualmente.
Los fríjoles contribuyen a la dieta diaria de más de 400 millones de personas en todo el mundo en desarrollo. Son un alimento sumamente nutritivo, que aporta una fuente de proteína, fibra, carbohidratos complejos, vitaminas y micronutrientes de bajo costo. Como tales, los fríjoles refuerzan en gran manera la seguridad alimentaria y nutricional entre los consumidores de escasos recursos, al tiempo que reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
“Hace un par de años, cuando expertos en cambio climático advirtieron que las temperaturas en aumento podrían devastar la producción de fríjol, se nos preguntó cómo esto afectaría la difusión de los fríjoles con alto contenido de hierro”, dice Beebe. “Ahora, estoy convencido de que podemos entregar fríjoles más ricos en hierro que además son tolerantes al calor, brindando así beneficios incluso mayores de lo esperado, porque estos fríjoles se pueden sembrar más ampliamente”.